Creo que sobretodo pospandemia, la frase "la vida es muy corta para usar cosas aburridas" ha sido un concepto que ha estado latente tanto en mi obra, como en todos los productos hechos a partir de ella. Con esta idea en mente –que ya es mi mantra al momento de decidir qué vestir o hasta cómo decorar mi casa–, el 2022 recibí la invitación de Io Chile para colaborar en lo que sería mi primera colección de tejidos.

Las cosas que usamos como segunda piel nos identifican, hablan de nosotros. Entonces lo primero que pensé fue: ¿qué quiero que sienta la persona que usa este chaleco? Quiero que se levante y salga, que le den ganas celebrar el día a día. Cuando el invierno llega, las nubes y la ciudad se tiñen de tonos oscuros, como si el color fuese exclusivamente para el verano y, personalmente, me parece una invitación a llenarse de ánimo. ¡No olvidemos que la inspiración también puede venir de ese cotidiano! De una hoja nueva que se abre en mi planta favorita de la casa, de vivir lo que usamos en color y brillo, de devolverle a la ropa el juego que es mezclarla.

Así fue como armé estos 4 diseños que a través de los patrones son una invitación a mezclar texturas, brillo y otros colores. A encontrar el flower power que reside en cada uno de nosotros. Para esto armé paletas de colores que contrastaran y vibraran, tomando la naturaleza como punto de partida, que se desborda en cada uno de los diseños. Soy fan de lo maximalista, de los patrones grandes y espero contagiar a todos con esto!

Cada proyecto es una hoja nueva en mi cuaderno, me encanta volver a la pintura y los pinceles, sobretodo en la etapa de bocetos que es donde la creatividad fluye. Ver cómo mi obra saltar de un formato a otro, de un cuadro hacia un objeto decorativo u a uno utilitario, del papel al textil ... es un espacio infinito de posibilidades y este año viene cargado de proyectos entretenidos. Arte para usar y para todas las edades.